La Bohemia porteña caracterizó a este barrio; siendo algunos de los locales más recordados los siguientes: los ubicados en calle Mauricio Mena: Luces del Puerto, La Flavia, 3 espejos, La Ube, Río de Janeiro todos ellos prostíbulos que se caracterizaban por espectáculos y las mujeres que atendían a los parroquianos. Locales donde asistían trabajadores, obreros y gente de clase media que podían costearse una noche de jolgorio y placer. En la subida cementerio, calle Hermanos Carrera donde se ubicaban los prostíbulos Cuartito Azul, La Cielito Lindo. Dentro del ámbito de la boîte se puede mencionar a El Sauce emplazado en Pedro Montt, local de mayor nivel, recibía visita de compañías de espectáculos santiaguinas que deleitaban a los san antoninos que poseían más ingresos. De hecho, este local tenía 4 pisos; cambia de nombre por Regine. Hoy cumple funciones de residencial y en el primer piso restaurante.Cabe mencionar que, en Luces del Puerto, Roberto Parra se inspiró para crear las décimas de La Negra Ester, que en los 80 Andrés Pérez la convirtió en la obra teatral más popular de los últimos treinta años. Este barrio tiene su auge en las décadas del 20 al 50, debido a la llegada de los obreros que trabajaron en las canteras para la construcción del puerto, y la mano de obra que construyó las instalaciones portuarias. Con el puerto ya operando, se suman los marineros que llegaban en las embarcaciones (en esos años cada barco se mantenía una semana dentro de la poza del puerto). A ellos se sumaban los mismos portuarios y los trabajadores de la ciudad. La Decadencia del barrio chino, ya en la década de los años 60, el lugar cambia producto de los cambios de la estructura del barrio, el avance del urbanismo, desaparecen los conventillos, casas particulares, y prostíbulos en su reemplazo surgen locales comerciales nuevos. Además, las faenas portuarias habían disminuido en forma notoria su tiempo de trabajo y los barcos permanecían menos tiempo y la tripulación disminuyó en su cantidad. Todo lo anterior, propició el ocaso de la bohemia porteña, que se acrecentó a partir del golpe de Estado de 1973 con sus políticas represivas y el toque de queda por años fue prácticamente la lápida para dicha actividad. En los años 70 las pesqueras existentes Harling, Arauco, Kontiqui, habían sido traspasadas a sus trabajadores, posterior al golpe de Estado, las pesqueras vuelven a sus antiguos dueños, que a su vez las subdividieron, pesqueras que ya no enlataban ni congelaban. Su nuevo rubro va a ser la harina de pescado, base alimenticia de la producción avícola y ganadera. Harina de pescado que se exportaba a mercados europeos y norteamericano, propiciado por el auge del neoliberalismo que se comienza a instalar en el país. Este auge de la producción de pesca de arrastre, provocó el auge de la harina de pescado, cimentando una frase popular “el olor a progreso”. El efecto no deseado fue arrasar con la producción pesquera marítima. Por otro lado, el pescador artesanal junto con el recolector de orilla comienza a capturar la macha y la reaparición de la albacora, lo que generó un boom, la fiebre de la macha y de la albacora. Los trabajadores de las pesqueras, los pescadores artesanales y el recolector de orilla empezaron a prosperar, trabajo y buenas remuneraciones. Esta situación |